Un perro educado

es una garantía

La Agresividad

Las conductas agresivas en nuestros animales de compañía tienden a ser consideradas por todos como conductas atípicas de animales con un comportamiento perturbado. En realidad la agresividad es un comportamiento totalmente natural en todos los animales sociales, lo que no significa que debamos mantenernos indiferentes ante un comportamiento agresivo por parte de nuestro perro.

Un ejemplo de que la agresividad no tiene porqué significar un trastorno en nuestros perros es la conducta de caza, que no deja de ser agresividad por depredación

Distintas formas de agresividad

Podemos definir el comportamiento agresivo como aquel mediante el cual un animal causa daño a otro, o bien intenta o amenaza con causarlo. El comportamiento agresivo es una consecuencia de la competencia que existe entre los animales por los diversos recursos del ambiente: comida, pareja sexual, espacio, etc. La mayor competencia, y por tanto la mayor dosis de agresividad, se da entre los individuos de una misma especie (agresividad intraespecífica), en el caso del perro, exceptuando problemas de socialización, el ser humano se encontrará a todos los efectos prácticos considerada como de la misma especie que nuestros perros, ya que dentro del esquema social del perro nosotros somos tratados como congéneres, por eso surgen problemas de dominancia entre el perro y sus dueños

Hay que averiguar de qué tipo de agresividad se trata, ya que generalmente nos encontramos con que todo el mundo califica automáticamente al perro que muerde como "dominante" cuando existen muchas situaciones en las que la dominancia no es la explicación de la conducta agresiva, o al menos no la única, ya que los distintos tipos de agresividad no se dan en estado puro, sino que suelen existir interrelaciones entre ellos, y en muchos casos la agresividad evoluciona de una causa a otras.

Podemos dividir la agresividad atendiendo a muchos criterios o bien subdividirla en más tipos, pero nosotros utilizaremos esta clasificación:

- Por enfermedad (rabia, epilepsia...)
- Maternidad
- Miedo
- Territorialidad
- Depredación
- Dolor
- Frustración
- Defensa de recursos
- Dominancia

Los distintos tipos de agresión tienen la particularidad de instrumentalizarse con mucha rapidez, lo que quiere decir que independientemente de la causa que originó el primer ataque, el perro aprenderá a utilizar la agresión como forma de solucionar sus conflictos, por eso es muy importante que el perro no encuentre en la agresividad una salida, o el comportamiento tenderá a repetirse.

Distinguir la agresividad en su primera fase: la clave del éxito

Los perros poseen una fuerte carga de agresividad. Para poder vivir en grupos sociales sin que esa carga produzca daños en las relaciones normales dentro de la especie, han ido evolucionando manifestaciones simbólicas que sustituyen incruentamente a los combates abiertos. Estos rara vez ocurren; por lo general, son sustituidos por rituales especiales, que igualmente producen vencedores y vencidos, dominadores y sometidos, pero sin derrame de sangre. Esto hará posible la vida en grupo y pondrá en evidencia las jerarquías.

Uno de los errores más comunes que comenten los propietarios es humanizar a sus mascotas, interpretando sus comportamientos desde nuestra perspectiva. Tenemos que entender que se trata de animales, no dotados de palabra, pero sí de lenguaje, y nosotros debemos comprenderlo. Muchos de los ataques que nosotros interpretamos como imprevisibles y sin sentido son sin embargo parte de un proceso lógico para nuestro perro y van precedidos de advertencias y amenazas que pueden pasar inadvertidas para alguien que haya tenido poco contacto con perros.

Muchos perros son abandonados o sacrificados por conductas agresivas que podrían haberse evitado si hubieran sido correctamente identificadas por sus dueños que, desconocedores del comportamiento natural del perro, piensan que su perro "se ha vuelto loco".

La agresividad hacia las personas es probablemente la más fácil de evitar con una educación coherente desde cachorro. Educar al perro con disciplina, aportarle una correcta socialización y permitirle el tiempo de ejercicio necesario para descargar su energía mediante paseos y juegos con otros perros es, en la mayoría de los casos, lo único que hace falta para conseguir que un perro no sea agresivo.

Clasificar adecuadamente la agresividad será el primer paso para corregirla una vez que ha surgido. En casos como la agresividad dominante y la agresividad por miedo las formas de actuar son prácticamente opuestas, mientras que otros tipos de tratamientos como la castración resultarán inútiles en algunos casos y provechosos en otros.

La agresividad con sus congéneres es más difícil de evitar y de corregir, pero también se pueden conseguir buenos resultados sobre todo en materia de prevención.

RECUERDA

Cualquier síntoma de agresividad hacia las personas debe ser inmediatamente corregido sea cual sea su causa, para evitar que el perro aprenda a recurrir a la violencia para resolver sus conflictos con la gente.

Para solucionar una conducta agresiva lo primero es identificar su origen y atendiendo a éste planear una forma de actuar para solucionar definitivamente el problema o si esto no es posible (resultado de una enfermedad, por ejemplo) reducir sus manifestaciones mediante medicación y modificación del entorno.

No debemos culpar al propietario por tener un perro agresivo, lo que sí es culpa del dueño es que éste se convierta en un peligro, es nuestra obligación reeducar al perro y mientras tanto poner todos los medios para evitar accidentes.