Perros de rescate
La función del perro como elemento de rescate, tanto bajo tierra y escombros como en superficie es incuestionable .
Fue durante la Segunda Guerra mundial cuando se empezaron a adiestrar perros para localizar a las víctimas. Estos animales portaban mochilas adosadas a sus cuerpos en las que llevaban elementos de primeros auxilios. Se les identificaba con un peto con una cruz roja y los soldados no abrían fuego contra ellos ya que salvaban a cualquier herido que encotraban sin distinción de banderas.
A pesar del fulgurante desarrollo tecnológico que se ha producido en los últimos años no hay máquina capaz de superar la capacidad del perro en encontrar a personas sepultadas por escombros tras terremotos o derrumbes de edificios, por colisiones de trenes, encontrar a personas que se han perdido en el bosque, en una gruta e incluso rehenes de secuestros.
El olfato y velocidad del perro no pueden ser superadas por ningún artefacto electrónico. Otro punto a favor del perro como elemento de detección es su intuición, su voluntad, su empecinamiento, su insistir caprichoso, lúdico y afectivo, virtudes carentes en aparatos y máquinas.
La velocidad es un elementos imprescindible en el salvamento de personas desaparecidas. Podemos ver una comparativa surgida del socorrismo en aludes: mientras que un equipo de diez técnicos, dotados con instrumental tecnológico avanzado cubre un área de una hectárea en 70 minutos, en igual superficie, un perro precisa sólo 10 minutos y su eficacia suele ser mayor.
Tratándose de búsqueda bajo escombros (derrumbes) la experiencia arroja el siguiente promedio comparativo: en 5 minutos un can de rescate consigue cubrir 100 metros cuadrados; el hombre, valiéndose de instrumental, y con suerte, necesita de 45 minutos...Ni que decirque el factor tiempo es de vital importancia al producirse este tipo de catástrofes.
Los escenarios en los que han de trabajar los perros de rescate pondrían nervioso a un animal que no hubiera recibido en entrenamiento adecuado, por lo tanto adaptarle al medio y condiciones donde luego habrá de trabajar en fundamental. La socialización con personas, perros y otras especies animales también es primordial desde las fases tempranas de su desarrollo. El perro debe estar acostumrado a encontrase rodeado de gente que transmite nerviosismo, e incluso grita sin que todos estos elementos externos puedan distraerle de su labor, por lo tanto el trabajo de socializacion temprano es de vital importancia.
La selección del ejemplar con el que se va a comenzar el adiestramiento es el pilar fundamental sobre el que se construirá el trabajo posterior, para ello hemos de seleccionar un ejemplar que tenga ciertas cualidades innatas: Carácter fuerte y equilibrado, Instinto de caza, Tamaño adecuado para las necesidades del trabajo, Alta conducta exploratoria, Nivel de actividad medio/alto y Sociabilidad. Todas estas características son esenciales para poder realizar un buen trabajo como perro de salvamento, pero no hay que olvidar que el perro va a formar un binomio con una persona, su guía y entrenador y que, por lo tanto, el carácter del guía influirá en el desarrollo ulterior del perro de salvamento.
Normalmente los grupos de rescate están compuestos de voluntarios que dan su tiempo y esfuerzo en entrenar y cuidar de sus perros para que luego estos puedan salvar nuestra vida en caso de necesidad. Por ello los integrantes Can & Dog son tanto guías como instructores en dos asociaciones de Perros de Salvamento.